jueves, 6 de agosto de 2009

Y LOS BESOS, BESOS...


En tus labios se leía el temblor codicioso del empeño,

Tus manos sonreían y suave deslizabas tu aliento...

La tarde se acicala para echar a andar en vientos

y tu pelo se enamora de mi pelo...

Se pelean nuestras bocas con recelo

por tener para ellas los labios que tanto ardieron.

Por tus senos queman las yemas de mis dedos,

y electrocuta mi lengua cada rincón de tu cuerpo

Se entrelazan los “te quieros” y los “cuanto te deseo”,

y la tarde zarpa, parte envuelta en versos

mientras la piel busca piel y los besos, besos.

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