lunes, 17 de agosto de 2009

EL GRITO DEL POETA


Escucha el grito del poeta.
Se hiela la sangre, corre la voz...
La verdad vestida de puta a la puerta de un colegio
y el dolor, cabizbajo, se marcha a la orilla del infierno...
Corre la voz...
Las pautas a seguir del infinito
vienen impresas en el reverso de tu papel.
El veneno fluye, la inocencia es el grito del lisiado,
el perfume de tus telas se confunde con el azufre de la tierra.
Corre la voz...
Tú, el infinito, la austeridad.
Aliados del pasado se enfrentan
a dientes y espadas con los recuerdos.
Fluye, a fuego lento bulle el deseo.
Corre la voz.
Exalta la comunión entre amo y esclavo,
derramando la sabia del incrédulo,
moliendo a piedra y fuego el alpechín amargo.
Tierra y cieno, tequila y sal.
Dibujando dioses mal venidos a través de las plantas del espíritu. Amapola, duerme la vida,
sanpedro te abre las puertas del cielo.
Apariencias, círculo en un vínculo opaco.
La estupidez humana, infinita como el universo,
corre la voz,
atrápala un segundo e imagina las yagas del incrédulo.
Harto de diseños imposibles, de vaginas art decó,
las mandíbulas agitadas...
La efímera sensación de plenitud.
Energía, acciona el talento de la mente fría,
y se duerme pensando en no despertar despierto, o consciente.
María no es de fiar, murió joven y virgen.
Corre la voz... (Texto Carlos Martínez, Foto Carlos Martínez. Cala Salada)

No hay comentarios:

Publicar un comentario